S.
PEDRO DE ORZALES (RIBOTA) SAJAMBRE,
LEÓN.
Era la iglesia parroquial de Ribota entre los siglos XIII y XV, según
el Becerro de Presentaciones de la Catedral de León. Durante siglos ha
permanecido como ermita, de la cual hoy solo queda la ruina en su prado
escondido entre montañas.
Se halla la iglesia inmediata a la confluencia de la Riega de S. Pedro
con el río de La Agüera, en donde este último, que proviene del valle de Soto
de Sajambre, ya próximo a la unión con el Sella, salta en grandiosa cascada,
que domina el entorno.
Hasta el primer cuarto del siglo XX, hasta su ruina, la ermita se ha caracterizado como centro
de rogativas en tiempo de sequía. Incluso fue posiblemente
lugar de culto al agua en tiempos prehistóricos, como parece haberlo sido El
Gorgolón del cercano Tejerina (Riaño) con su cascada, según la tradición.
En cuanto a la etimología de Orzales, nos
inclinamos por un origen prerromano y por el compuesto hidronímico presentado
por nosotros en diversas obras,
cuyos ejemplos parecen
multiplicarse. Es un proceso por demás
lógico, llamado a dar explicación de muchos
nombres incluso de lugar, que son de
base hidronímica.
En particular en el nombre Orzales, dado que los radicales antiguos de agua
suelen ser mo-nosilábicos ,
distinguimos tres
hidrónimos: *ur, cea, *al, más el final –es por terminación. Pues
bien, se documentan en Sajambre los tres elementos en cuestión y como aplicados al agua y
a lugares con agua, por lo que resulta
posible la formación de un *Ur-cea-(a)l-es,
el precedente de Orzales. El
supuesto *Ur-ceales evoluciona fácilmente a Orzales.
De los tres
radicales dados hallamos ejemplos en Sajambre.
De *ur, en Ur-opa (no Europa,
tratándose de los Picos). Y, ya evolucionado a
or-, como en Orzales, lo vemos en Or-cil y Or-cadas, precisamente inmediatos a Orzales en el terreno.
Cea subyace a Valla-zán (Vierdes) antes –ceán. Y a Tron-ceda (Pío). Lo encontramos, juntamente con –al-, en Pan-za-(a)l-es, que se reitera en Soto y en Vierdes, en lugares
marcados por el agua.
Panzales
(*Pan-cea-(a)les) constituye casi
el doblete de Orzales, puesto que *pan- también es hidrónimo, de donde proceden pantano, fango.
En cuanto al final –es de
Orzales, abunda como terminación de
nombre de lugar en bable y en el mismo entorno de Orzales, como vemos en Casielles, Sames, Cabrales.
Así pues, Orzales, nombre de lugar, es de base hidronímica y aun triplicada
por la unión de tres radicales de agua, todos prerromanos.
La reduplicación del concepto de agua se explica por la sucesión de
los hablantes en el terreno. Si uno
había dicho primeramente al, el
hablante posterior antepone su Cea
para expresar el concepto de que se trata, el de “agua”, lo que termina en el posible *Ce-al.
Aún sobreviene un hablante que se vale de su apelativo común ur-, por la misma razón por la que el precedente había dicho: Cea.
Según esta interpretación, Orzales,
a reserva de la terminación -es, era
hidrónimo, si bien pasa a ser topónimo como indicativo del “(lugar del) agua”.
Sabemos de otra interpretación propuesta para Orzales, lugar en Reinosa, que lo relaciona
con hordealia, “cebadales”, una explicación
que no parece convincente ni en el aspecto fonético ni en el semántico. Y sobre
todo se deja iluminar por el ejemplo de Orzales, en
Ribota, en donde se impone sin
duda el agua por su manifestación relevante: la cascada.