1. Año 1340-1350. Libro de la Montería de Alfonso XI.
“La Dehesa de Castriel Blanco es buen monte de puerco en ivierno. Et son
las vocerías la una desde..., et la otra en el camino de la Plata.”
2. Año 1370-1408. Papeles del Mayordomazgo (Sevilla). Repoblación de
Almadén “...por que están en guarda de los que van y vienen a esta çibdad
por el camino de la plata...”.
3. Año 1504. Carta de Cristóbal Colón a su hijo Diego.
Desde Sevilla se propone viajar a Segovia, donde se hallaba el rey
Fernando: “...si voy en andas será creo por la Plata”.
4. Año 1518. Noticia del viaje del Factor de la Casa de Contratación de
Sevilla desde Sevilla a la corte, a la sazón en Valladolid.
“...ellos habían de ir por Toledo y él iba por el camino de la Plata; y solo
convinieron en esperarse en Medina del Campo para pasar unidos a
Valladolid”.
5. Año 1577. Carta privada. “...en España, en Extremadura, en cal Cadilla,
que es en el camino que va de Sevilla a la corte, que se dize el camino de
la plata”.
Se trata de Calzadilla de los Barros, al sur de Mérida, y de su camino a la
corte, que solía residir en Vallladolid pero ahora ya se halla en Madrid.
6. Año 1579. Mapa Hispalensis Conventus Delineatio. Figura Camino de
la Plata junto a Castilblanco de los Arroyos, como ya en Alfonso XI y bajo
Almadén de la Plata.
7. Año 1587. Mapa de Andalusía, de A. Ortelius. Al norte de Sevilla,
Camino de la Plata.
8. Año 159l-1598. Historia de la ciudad de Cádiz. “Dende esta ciudad
guiaba el arracife a la de Sevilla, de allí a la grande Mérida, a Ciudad
Rodrigo i Salamanca, por el camino que llamamos de la Plata, hasta León,
de adonde, atravesando Francia, llegaba a Roma. Esta era su principal
vía...”.
9. Año 1602. Mapa de Andaluzia. La representación del Camino de la
Plata, en horizontal, sobre Castilblanco.
10. Año 1604. Mapa de Andalusía. Aparece el Camino de la Plata en
semivertical al Norte de Sevilla.
11. Historia del emperador Carlos V, de P. de Sandoval. “Bolvió el Rey del
Andaluzia por el camino de la plata, Alva, Salamanca, Medina del Campo, y
entró en Valladolid”.
Es bien conocido el carácter sagrado que los celtas y aun los romanos
atribuían al agua, un factor contra el cual hubo de luchar durante siglos el
cristianismo para desarraigarlo, cuando no para encauzarlo por un culto
cristiano, como podríamos observar en muchas ocasiones.
Sobre esta base no es extraño que el camino, que haya funcionado en
aquella época y bajo aquella concepción, recibiera su nombre de la
corriente a la que acompañaba por la cuenca y aun de la que salvaba por
un puente o por un vado.
En la zona central de la Cordillera Cantábrica los nombres de los puertos
de montaña, correspondientes a la divisoria de vertientes, llevan por
sistema nombres de agua, como podríamos analizar. Solo por la presencia
en ellos de algún elemento histórico se produce la excepción a la regla,
p.ej., en San Glorio y en Piedrafita.
Bastaría también el paso por un puente y río notables para caracterizar la
vía. P.ej., por el Puente de la Vizana sobre el Órbigo (León) se denomina
un tramo de cañada, siendo Vizana hidrónimo.
Pues bien, Plata es un hidrónimo prerromano, que se ha conservado al
norte y al sur de la península como hidrónimo y como topónimo de base
hidronímica.
En Ribadavia, Avilés y Oviedo, existe el hidrónimo La Plata, más un
afluente del río Pas en Toranzo (Cantabria).
Al sur, casi en la misma punta de Tarifa, la Sierra de Plata. También, Cerro
de las Platas, entre origen de arroyos. Aún en Cádiz, entre el
Guadalquivir y el Guadalete, un pueblo La Plata. En Sevilla, Arroyo de la
Plata, en realidad topónimo. También, Almadén de la Plata, si es que aquí
Plata no se debe a mina sino a los arroyos, que rodean. En Córdoba, Cerro
de la Plata, en origen de arroyos. Y pueblo La Plata en el río
Guadalvacarejo. En Albacete, Rambla de la Plata, hidrónimo. En Murcia,
Cabezo de la Plata, entre arroyos.
Derivamos el hidrónimo plata del radical pal-, prerromano, acaso el más
frecuente radical hidronímico en la península, solo que muchas veces
confundido con val, del latín vallis, mientras que de pal- provienen los
latinos palus, “laguna” y pluvia, “lluvia”.
Por lo cual hemos de pensar, a la vista de los ejemplos conservados, que
el mismo plata pudo haber sido más frecuente que lo es en la actualidad.
Y, aparte de la forma pal-, debió de mostrar pla, la que podemos ver en
muchos topónimos, y aun en compuestos como en Plasencia, un
compuesto de los radicales hidronímicos pal- y antia, que vemos en el río
Palancia (Sagunto) testimoniado por Ptolomeo, y topónimo en la meseta
norte (Palencia).
El mismo radical hidronímico pal, ha podido conservarse con su forma
simple y estricta, dotado simplemente de la vocal de la terminación: -a,
pal-a; -o, pal-o.
Algunos ejemplos: Pala Cerrada es un pico en Orense con origen de
arroyos. Pico la Pala, otro más en Murcia, con la misma característica.
Palas y Venta de las Palas, también Murcia, son aldeas entre arroyos.
No menos expresivo es el masculino palo y palos con el que recorremos la
península. Puerto del Palo (Huesca) en la frontera con Francia, divisoria de
cuencas. Sierra del Palo (Asturias) divisoria de vertientes. En La Cabrera
(León) “pasar el palo” significaba pasar el turno de riego. El Palo (Málaga)
en la costa. Cabo de Palos (Cartagena). Laguna primera de Palos y Palos
de la Frontera (Huelva).
Foto: Puente de Alcantara