“Si yo tuviese pluma mostraría que Cervantes nació en Oseja”

Artículo de la Crónica de León


Una vieja leyenda popular está en el origen de la investigación de Martino

En esta casa ya desaparecida, la conocida como ‘casa del conde’ de Oseja de Sajambre, sitúa el investigador leonés el nacimiento de quien sería nuestro escritor más universal.
F. Fernández / León
Habla Eutimio Martino de esta última investigación suya con gran pasión, algo que no es nuevo en él, tan acostumbrado a luchar a contracorriente que en el prólogo de este libro recoge un terceto muy esclarecedor: ‘’No te dejes llevar de la corriente / que sólo navegando en contra de ella / se nos otorga descubrir la fuente’’.
Teme Martino que una simple entrevista no le permita resumir tantos años de trabajo y pueda parecer su teoría un brindis al sol. Necesita más espacio para desarrollarla y dada la importancia que tendría el nacimiento de Miguel de Cervantes en tierras leonesas recogemos algunos de esos indicios que dice el investigador que componen un puzzle en el que cuando lo completas aparece dibujado el nombre de Sajambre. Reconoce el investigador que “no existe una prueba concluyente, un solo documento que acredite el lugar de nacimiento de Cervantes, ni en Sajambre ni en ninguna parte, pues hasta que se da a conocer en Madrid, a la edad de 22 años, existe una ignorancia total de su vida.Pero la suma de todos los indicios me llevan a lanzar la teoría. Creo que puedo decir que poca gente ha realizado un análisis tan a fondo de El Quijote como el que he realizado para concluir que su origen esta, como él dijo, en unlugar de las montañas de León”.
Vamos con algunas de las piezas del puzzle, que no todas, que compuso Martino para su libro ‘Si yo tuviera pluma’.

La tradición oral. La importancia que Martino le da a la tradición oral queda reflejada en el hecho de que haya elegido para título una referencia a la misma. ‘Si yo tuviera pluma’ es el comienzo de una frase que él escuchaba en su propia casa cuando era niño: “Si yo tuviese pluma mostraría al mundo que Cervantes nació en Oseja de Sajambre. Lo que yo pretendo es prestarle esa pluma que el autor de la cita solicitaba”.
Jamás desprecia Martino la tradición oral. “Al escribir ‘Hombres de Sajambre’ y, sobre todo, ‘La rebelión de Pelayo’ comprobé su importancia, siendo una de las bases fundamentales de aquellos estudios. De hecho en el caso de Pelayo el punto de partida de sus teorías era otro dicho que se repetía en la comarca y que le llevó a documentar, sin género de duda para él, la primera batalla de la Reconquista también en tierras de Sajambre.

La historia del cautivo. En la segunda pieza de su puzzle también tiene presencia la tradición oral, aunque en este caso ya apoyada en bases documentales. Es la historia del cautivo. Ya cuenta en la entrevista que en su adolescencia conoció en la adolescencia conoció una tradición que hay en Oseja sobre la llamada ‘casa del conde’. “Sobre esta casa he encontrado apuntes no publicados de gentes de Sajambre, muy cualificadas, que datan la existencia de esta en el siglo XVI. Dice la leyenda que aquel hombre vendió todos sus bienes y los repartió entre sus hijos para que ‘se fueran por el mundo’. Por fechas podía ser un hijo Cervantes y podía esta circunstancia que no se supiera nada de él hasta que tuviera 22 años. Este hecho del reparto de la hacienda para que los hijos se vayan es tan inusual que permaneció en la memoria colectiva, fue conversación de hilas durante mucho tiempo, de ahí su pervivencia. Nada definitivo, lo sé, sólo otra pieza más de ese mosaico, del puzzle de la infancia de Cervantes”.

El principio de mi linaje. Después de esta teoría sobre ‘la casa del conde’ ya entra de lleno Martino en el estudio de El Quijote, pues encuentra una conexión entre esta casa y su dueño y la famosa expresión de “en un lugar de las montañas de León tuvo principio mi linaje con quien fue más agradecida y liberal la Naturaleza que la fortuna, aunque en la estrecheza de aquellos pueblos todavía alcanzaba mi padre fama de rico…”.
El párrafo tampoco es ninguna prueba definitiva, pero nadie puede negar que es perfectamente aplicable a Oseja de Sajambre.
En base a la documentación que maneja Martino (testimonios notariales incluidos) concluye que esta ‘casa del conde’ era la del padre del cautivo. Y su morador era, a su vez, vecino de Diego Díez (o Díaz) de Oseja, escribano y padre del célebre Arcediano de Villaviciosa.
La figura de este vecino también aparece caracterizada en El Quijote con el nombre de Diego de la Llana. Curiosamente La Llana es el nombre del paraje en el que están estas casas y de él escribe que “era hidalgo principal y rico” y también “hidalgo y cristiano viejo cuanto se quiere”.
La apreciación de cristiano viejo para el vecino y la ocultación del nombre del titular de ‘la casa del conde’, que aparece en los documentos simplemente como Flor lleva a Martino a otra de sus piezas, la de condición de judío de Cervantes y del habitante de la casa del conde.

Los judíos en Sajambre. En esta condición de judío y en el hecho de que de en Zamora exista un pueblo de nombre Cervantes, con gran presencia de una población judía en el mismo, se basan los principales argumentos para llevar su lugar de nacimiento a este lugar.
Sin embargo, no entiende Martino que estos hechos alejen a Cervantes de Oseja, ni mucho menos, pues él documenta perfectamente la tradición judaica de la comarca en tiempos de Cervantes.
No profundiza Martino en la condición de judío converso y cristiano nuevo de Cervantes pues es un hecho sobradamente estudiado por expertos.
Sí estudia la presencia judía en la tierra a la que él lleva a nacer al escritor. “En Caín está documentada la presencia de algunos vecinos judíos en pleno siglo XVI, todos ellos de apellido Sadia. Por otra parte, es sabido en su expulsión se les permitió a algunos quedar en lugares recónditos y de difícil acceso”.
Recoge también Martino una Real Provisión de 1849, tres años antes de su expulsión, a favor de los vecinos de la merindad de Valdeburón “y en contra del abuso de los prestamistas judíos”. La provisión cita los concejos de la merindad comenzando por el de Sajambre.

Un modismo leonés. Uno de los aspectos que más investigó Eutimio Martino fue el análisis de los textos de El Quijote y la Galatea, con especial cuidado en modismos, palabras, tradiciones y costumbres, oficios y nombres de lugares y personas. Los datos que en este aspecto aporta son realmente abrumadores aunque, como él mismo insiste, “ninguno de ellos definitivo pero sí piezas para el mosaico”.
Entre los modismos típicamente leoneses destaca la posposición del pronombre al verbo que lo rige. “Duelme un pie” o “apetezme comer” son algunos de los cientos que recoge el investigador, quien repara que el propio Cervantes reconoce este modismo como poco habitual en el español. “por el Dios que crióme, juicio de mala lengua castellana”.
Se detiene asimismo en vocablos peculiares pertenecientes al léxico sajambriego, que él ha estudiado a fondo e incluso publicado un libro con otros autores. Señala como interesantes carpir, tarazar y descabezar (el sueño). “Carpir es en Sajambre quejarse lastimeramente y en ese sentido lo utiliza Cervantes en el capítulo III”. Lo mismo ocurre con los otros dos verbos, utilizados por el insigne escritor en el mismo sentido que todavía hoy tienen en la comarca de Sajambre.
Entre los oficios propios de la comarca señala la carretería hacia Campos (con la utilización del término sajambriego de la suelta) o la caza de lobos y osos.
Tal vez lo más llamativo de su investigación es la proliferación de nombres vinculados a Sajambre, o de parajes de esta tierra, en las páginas de El Quijote y La Galatea, centrándose especialmente en un paraje que para Martino no cabe duda de que es San Pedro de Orzales.
Y mil cosas más. Muchas, numerosos indicios que no dejan a Martino más salida: Nació en Oseja.